Descubrimiento insólito: un gusano congelado ha resucitado tras 46.000 años bajo el ‘permafrost’ de Siberia
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¿Te imaginas despertar después de dormir durante 46.000 años? Pues un nematodo, un tipo de gusano, ha hecho eso posible. Este increíble descubrimiento, publicado en PLOS Genetics, desafía nuestra comprensión sobre los límites de la vida y la capacidad de adaptación de los seres vivos.
El gusano fue desenterrado del permafrost siberiano, y, para sorpresa de los científicos, revivió en un laboratorio moderno. Este hallazgo abre nuevas puertas para investigar la criptobiosis y cómo los organismos pueden sobrevivir en condiciones extremas.
¿Cómo es posible la resurrección de un gusano después de 46.000 años?
Este gusano, identificado como Panagrolaimus kolymaensis (una especie de nematodo previamente desconocida para la ciencia) ha demostrado una resistencia asombrosa.
La datación por radiocarbono confirmó su edad: decenas de miles de años en estado de animación suspendida bajo el sedimento congelado. Los investigadores señalan que estos nematodos suelen vivir sólo uno o dos meses.
No obstante, tras ser descongelado en el laboratorio, el gusano no sólo revivió, sino que también se reprodujo. El secreto de este hecho radica en la criptobiosis, un estado de animación suspendida en el que el metabolismo se reduce al mínimo.
En este estado, el organismo puede resistir condiciones ambientales letales, como la congelación extrema, la deshidratación o la falta de oxígeno.
El permafrost siberiano, con sus temperaturas gélidas y su suelo congelado durante miles de años, proporcionó el ambiente perfecto para que este gusano entrara en criptobiosis y se conservara durante milenios.
El permafrost actúa como una «bóveda» natural que preserva restos orgánicos gracias al hielo y las bajas temperaturas. Este estado permite a los organismos detener sus funciones vitales hasta que las condiciones sean favorables.
Implicaciones científicas del hallazgo del gusano en el permafrost siberiano
Este descubrimiento tiene profundas implicaciones en diversos campos de la ciencia. Por un lado, el estudio de la criptobiosis podría ofrecer pistas sobre la supervivencia en entornos extraterrestres hostiles, como Marte o las lunas heladas de Saturno.
Por otra parte, las vías genéticas que permiten la criptobiosis podrían aplicarse a la conservación de alimentos o incluso a los trasplantes de órganos. Además, la comparación genética con otras especies de nematodos podría revelar si los mecanismos de criptobiosis evolucionaron una sola vez o en múltiples linajes.
El Dr. Philipp Schiffer, del Instituto de Zoología de la Universidad de Colonia, destaca en declaraciones recogidas por Earth.com lo «asombroso» de que la vida pueda «volver a comenzar después de tanto tiempo, en el estado entre la vida y la muerte».
El ejemplar original ha muerto, pero la investigación continúa con sus crías. Los científicos están centrados en identificar las moléculas que protegen las células del gusano durante la congelación y la deshidratación.
Los investigadores planean realizar experimentos para identificar proteínas o azúcares que puedan sustituir el agua en las células del gusano durante su periodo de latencia. Además, podrían explorar otras formas de criptobiosis en ambientes de congelación extrema, como los glaciares de la Antártida.
Por otro lado, los biólogos evolutivos podrían ampliar sus estudios a muestras de permafrost aún más antiguas. Si encuentran más ejemplares de estos antiguos seres, podrían obtener una comprensión más profunda de cómo la vida sobrevive en condiciones tan extremas en la Tierra.